La insuficiencia venosa crónica

21 octubre, 2019
El doctor Airam Betancor, especialista en Angiología y Cirugía Vascular de HPS

Las varices son venas dilatadas y con trayectos tortuosos en el interior de las cuales se produce un fenómeno de reflujo de la sangre por incompetencia de cierre de sus válvulas. La sangre que generalmente sólo debiera retornar al corazón, en las venas varicosas refluye de nuevo hacia las piernas.

Esta circunstancia es por tanto resultado de una patología, conocida como insuficiencia venosa crónica, y que es más frecuente en la población femenina mayor de 40 años y con antecedentes de varices en su familia. «Suele afectar con mayor frecuencia a trabajadores que permanecen mucho tiempo en bipedestación estática o aquellos que realizan sus labores sentados y expuestos a fuente de calor externa, como por ejemplo las personas que se dedican a la hostelería. Los varones suelen consultar en estadios más avanzados de la enfermedad y con varices de mayor diámetro», explica el doctor Airam Betancor Heredia, especialista en Angiología y Cirugía Vascular de Hospital Perpetuo Socorro.

Por tanto, las varices no se trata ni mucho menos de un problema exclusivamente estético sino de salud. «En la primera fase de la enfermedad, las microvarices, los pacientes suelen consultar por motivos estéticos. Esto acontece en el 40% de la población. En fases posteriores se suele consultar por síntomas atribuibles a las varices o por complicaciones derivadas de las mismas. Desde la fase dos, con las macrovarices, se pueden producir complicaciones. La más frecuente es la varicoflebitis o trombosis venosa superficial. Se trata de la formación de un trombo en el interior de las varices o dentro de las venas safenas, responsables de las varices», advierte el doctor Betancor.

Para tratar tales trombos suele requerirse de tratamiento con anticoagulantes tipo heparina de bajo peso durante periodos de 21-30 días. Se trata de la complicación más temida en las fases avanzadas en la trombosis venosa profunda. En ocasiones, la trombosis afecta a venas profundas de la extremidad pudiendo migrar a la circulación pulmonar y ocasionar un embolismo pulmonar. «En pacientes en los que no se trata la enfermedad a tiempo solemos ver úlceras varicosas en la zona del tobillo, algunas veces, sobreinfectadas», continúa el angiólogo y cirujano vascular.

Por ello, se recomienda consultar desde las fases precoces para prevenir o frenar la evolución de la enfermedad, además de evitar las complicaciones. El objetivo del seguimiento es instruir a los pacientes en hábitos de vida saludable, instaurar el tratamiento adecuado y operarlas cuando está indicado. Dolor a nivel del tobillo, pesadez y quemazón de piernas, sensación de hinchazón y hormigueos nocturnos suelen ser los síntomas típicos de la enfermedad venosa crónica que aconsejan una consulta. Las piernas cansadas al final de la jornada laboral suele estar habitualmente presente. No obstante, «es importante recalcar que no va emparejado el grado de enfermedad con los síntomas, es decir, podemos ver pacientes con muchas varices sin síntomas o pacientes muy sintomáticos sin apenas varices», aclara el doctor Betancor.

Y para su tratamiento destaca la cirugía endovascular con adhesivo Venaseal o similares, que es a día de hoy la técnica menos invasiva y más cómoda para el paciente. El procedimiento se realiza sin ingreso hospitalario, bajo anestesia local y sin incisiones. Consiste en sellar la vena safena varicosa, responsable del reflujo venoso que produce la aparición de varices y de los síntomas. El paciente permanece despierto durante la cirugía, en la que se le aplica anestésico local en la zona de trabajo del tobillo para poder puncionar e introducir el catéter que instila el pegamento. Las varices dependientes de la vena safena sellada se pueden extirpar mediante microincisiones con anéstesico local o se pueden esclerosis con microespuma o adhesivo diluido.

Una vez finalizado el procedimiento, se le colocan al paciente los apósitos y una media de compresión que deberá mantener durante unos 2-4 días. El postoperatorio es muy cómodo, no requiere reposo ni baja laboral y la mayoría de pacientes se incorporan a su vida normal sobre la marcha. Por su parte, las cirugías clásicas como la safenectomía (extirpación de la vena safena desde la ingle), el endoláser y la radiofrecuencia cada vez se realizan con menos frecuencia por resultar más invasivos.

En cualquier caso, cada paciente debe ser valorado por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular y realizarle un ecodoppler venoso de miembros inferiores. Dependiendo del grado de dilatación de la vena safena se puede indicar una u otra técnica. Los antecedentes personales y la edad del enfermo también ayudan al especialista a indicar cada tipo de técnica quirúrgica.

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