Cuando se produce una lesión en la rodilla es fundamental conocer el mecanismo que ha llevado a su aparición. Teniendo claro cómo se ha producido será mucho más fácil determinar el diagnóstico y tratamiento de la misma. En este sentido, la historia clínica define con bastante aproximación el tipo de lesión, a lo que posteriormente colaborará de forma importante una pormenorizada exploración física. Teniendo ambos factores en cuenta la fiabilidad del diagnóstico supera el 90%. Es este el momento de realizar pruebas complementarias que garanticen al cien por cien la sospecha inicial.
“Las principales pruebas en el caso de las lesiones óseas son las radiografías mientras que en el de las musculares destaca la ecografía. Por último, para detectar con precisión lesiones meniscales, cartilaginosas y ligamentosas, nada mejor que la resonancia magnética”, pormenoriza el doctor Gerardo Garcés, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica de HPS y jefe de los servicios médicos de la Unión Deportiva Las Palmas. En el caso de las lesiones agudas hay que interrumpir inmediatamente la práctica deportiva y enviar al paciente a un centro médico para establecer el diagnóstico adecuado mientras que la mayoría de las lesiones musculares podrán ser tratadas con reposo relativo y una adecuada rehabilitación posterior.
En todos los casos, un adecuado programa de fisioterapia será fundamental para la recuperación precoz del deportista y evitar en lo posible recaídas. Antes de esta última etapa, las lesiones meniscales en pacientes jóvenes requerirán siempre que se pueda un tratamiento mediante artroscopia para suturar el menisco lesionado, evitando el resecar el menisco como se hacía anteriormente.
Las roturas de los ligamentos laterales y el ligamento cruzado posterior pueden ser tratadas de forma conservadora con una ortesis de protección y rehabilitación posterior. Si la lesión afecta al ligamento cruzado anterior y el deporte que practica el paciente entraña giros frecuentes de la rodilla, normalmente necesitará una intervención para sustituir el ligamento lesionado.