Chequeo médico, pilar de salud

8 abril, 2019

Prevenir potenciales patologías y detectarlas de forma temprana son dos de las principales bazas existentes para una vida longeva y de calidad. Para conseguir ambos objetivos los reconocimientos médicos son un instrumento de primer orden.

De hecho, es una recomendación habitual. No es raro escuchar aquello de que ‘tendrías que hacerte un chequeo’, especialmente según se cumplen años o si existen antecedentes familiares de padecimiento de algunas patologías.

Asimismo estos chequeos colaboran en gran medida a la detección del cáncer de colon, con la prueba de sangre en heces y la colonoscopia si fuera precisa; y de próstata así como de hipertensión, que padece sin saberlo un gran porcentaje de la población a partir de los 45-50 años y su detección es clave para poner en marcha medidas preventivas que eviten los infartos. Las mamografías también son pruebas que deben realizarse anualmente para detectar de forma precoz el cáncer de mama, cuando su tasa de curación es muy alta.

Por edad, la Organización Mundial de la Salud aconseja su realización a partir de los 45 años salvo si existen los antecedentes ya citados o factores de riesgo relevantes, como la obesidad, el tabaquismo o colesterol alto, en cuyo caso podría ser una buena idea iniciarlos antes. Este primer reconocimiento marcará la frecuencia de los posteriores según las prescripciones que realicen los médicos involucrados tras sus resultados. Se trata de una serie de pruebas y estudios de distintas especialidades que en Hospital Perpetuo Socorro realiza un equipo multidisciplinar altamente cualificado con las herramientas médicas más avanzadas del mercado.

En general, si todo va bien el plazo mínimo hasta el próximo será de dos años mientras que ante determinados riesgos potenciales pueden recomendarse plazos mucho menores, de incluso de seis meses ante problemas urológicos que hagan sospechar de la posibilidad de desarrollo de un tumor, alguna afección cardiaca o factores de riesgo importantes a nivel cardiológico que requieran de seguimiento, o trastornos digestivos que requieran de seguimiento, entre otros. También pueden recomendarse estas revisiones únicamente para las especialidades en las que se ha detectado el potencial peligro.

Estos chequeos médicos de alguna manera son el homólogo adulto a las revisiones pediátricas anuales a los que se somete a los niños para comprobar que el desarrollo se va produciendo de forma adecuada y que se realizan con mayor frecuencia si se detecta algún problema que requiere de seguimiento.

Otro tipo de valoraciones médicas son los reconocimientos médicos laborales, que sirven también para evaluar el estado de salud de los trabajadores y relacionarlo con los riesgos que confronta en su puesto de trabajo a través de un interrogatorio clínico, exploraciones y pruebas complementarias.

Una buena fórmula para invertir en salud es la práctica deportiva en cualquier etapa de la vida. El ejercicio físico puede reducir hasta un 30% el riesgo de mortalidad que provoca el sedentarismo, cuarto factor de riesgo de mortalidad según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Pero si se practica deporte, aunque no sea profesional, y se realiza de manera habitual o incluso ocasional, que a veces resulta más peligroso por el esfuerzo extra que supone lo esporádico del mismo, el reconocimiento médico-deportivo supone un paso obligado. Estos controles sirven para prevenir, diagnosticar y tratar cualquier patología relacionada con el ejercicio físico a cualquier nivel. Asimismo garantiza que no existen contraindicaciones y los límites que cada persona no debe sobrepasar a fin de evitar peligros indeseados que pueden llegar incluso a la muerte súbita. De hecho, incluso en personas con lesiones de cierta importancia como enfermedades cardiovasculares, asma o patologías respiratorias, entre otras, la actividad física es positiva para la mejora del paciente Y no sólo en adultos, también en niños, que no están exentos de tales riesgos.

No obstante, a partir de los 35-40 años esta valoración se torna fundamental, al coincidir con la edad en la que con mayor frecuencia se inician en la práctica deportiva personas poco acostumbradas o sedentarias. Otros factores que aconsejan su realización son la obesidad, el tabaquismo, los problemas cardiovasculares, o, en el caso de las mujeres, la toma de anticonceptivos. Estas pruebas deberían realizarse anualmente para poder controlar con mayor seguridad el estado de salud general así como para poder afrontar con seguridad nuevos retos y actividades deportivas con la mejora del rendimiento físico.

El reconocimiento comprende un historial que incluye tanto los antecedentes deportivos como médicos, un interrogatorio clínico, una exploración física completa y pruebas complementarias como análisis de sangre y orina, estudio cineantropométrico, cardiovascular y pruebas radiológicas si fueran precisas.

De esta forma será posible prevenir problemas de salud siguiendo las pautas personalizadas obtenidas, comenzar un seguimiento adecuado ante posibles riesgos que precisan de control periódico y tratamiento precoz ante las patologías que pudieran detectarse con el beneficio que supone detectar una patología en sus fases iniciales. Porque un buen chequeo médico según las necesidades de cada momento son una excelente garantía de salud.

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