La patología de la retina

8 octubre, 2018
Marina Ocaña, especialista en Oftalmología de HPS

Visión borrosa y distorsionada, en la que las líneas rectas pueden aparecer distorsionadas; aparición de moscas volantes, destellos, pérdida de agudeza visual y defectos en el campo periférico. Son los síntomas más habituales relacionados con la patología de la retina.

Por ello es de gran importancia acudir a consulta de un especialista en oftalmología ante cualquier cambio en la visión a partir de los 40 años y especialmente si aparecen los síntomas referidos. Estas señales alertan de una posible patología de la retina que puede resultar de gravedad de no ser tratada a tiempo, llegando en algunos casos incluso a provocar una pérdida relevante de la visión y ceguera.

La retina es una capa delgada de tejido nervioso situada en la parte posterior del ojo que percibe la luz y envía las imágenes al cerebro a través del nervio óptico. Contiene millones de células sensibles a la luz y neuronas que reciben y organizan la información visual. Dentro del ojo existe un gel transparente llamado vítreo que con los años se puede desprender de la retina y producir los destellos y la visión de moscas volantes. Además, la región más importante de la retina es la mácula, que permite el enfoque central y la percepción de detalles.

La edad

La patología más común en mayores de 65 años en la retina es la degeneración macular asociada a la edad, conocida por las siglas DMAE. La variedad de tipo seca es la que suelen padecer la mayoría de las personas afectadas y es la más benigna. Con el tiempo puede avanzar hacia el tipo húmedo en uno o ambos ojos, con una pérdida de visión más rápida y grave. Esto se produce porque la mácula comienza a degenerarse y deteriorarse siendo una de las principales causas de ceguera a nivel nacional, ya que destruye la visión central.

«La DMAE húmeda produce como síntoma principal la percepción de las líneas rectas como onduladas o curvas. Cuando una persona note esta sintomatología tiene que acudir con urgencia al oftalmólogo», aconseja la doctora Marina Ocaña, especialista en Oftalmología de Hospital Perpetuo Socorro.

También es frecuente la retinopatía diabética, especialmente en Canarias en la que la diabetes es una enfermedad prevalente, que puede provocar un deterioro en los pequeños vasos sanguíneos situados en la retina. «Esta circunstancia es posible que ocasione la formación de nuevos vasos anómalos que producen la filtración de líquido en la retina hinchándola, e incluso se puede producir un sangrado. En cualquiera de los casos la consecuencia es una visión borrosa o distorsionada», asegura la oftalmóloga.

Desgarros

La tracción vitreomacular puede ser otra patología de la retina si se produce la separación incompleta entre el gel vítreo y la mácula, lo que ocasiona tensión de la retina. Su posible resultado final es un agujero macular, que también puede ser producto de un traumatismo ocular.

Una importante urgencia médica la constituye el desprendimiento de retina, que ocurre cuando se despega la retina de la parte posterior del ojo. La causa generalmente es un desgarro o un roto en la retina. «El líquido acuoso del vítreo se mete a través de este roto y separa la retina del resto de sus capas acumulándose este líquido debajo de la retina. La aparición de moscas volantes y/o destellos luminosos alerta del desgarro, mientras que el desprendimiento se manifiesta como si un velo o tela negra cubriera la visión», detalla la doctora Ocaña.

Por ello, ante estos síntomas es fundamental visitar con premura a un servicio de Oftalmología. «Es importante acudir inmediatamente cuando esta sintomatología se produce ya que si se coge a tiempo es posible realizar una soldadura del desgarro con láser y prevenir o frenar el desprendimiento de la retina», alerta la especialista.

Otros trastornos frecuentes en la retina, aunque en menor medida, los constituyen la retinosis pigmentaria y la membrana epirretiniana. La primera denomina a un grupo de enfermedades degenerativas de carácter hereditario que provocan una pérdida lenta y progresiva de la lesión hasta llegar a la ceguera. En sus fases iniciales puede sospecharse de su existencia por el empeoramiento de la visión nocturna y periférica.

Distorsión

La membrana epirretiniana macular se basa en el crecimiento de un tejido en la superficie de la retina que puede contraerse dando como resultado una distorsión de la visión, pudiendo aparecer los objetos borrosos o torcidos.

En cualquier caso, y «aunque el tratamiento de las enfermedades de la retina puede ser complicado y, en ocasiones, urgente; cada vez existen mayores avances técnicos tanto para el diagnóstico como para el tratamiento de estas enfermedades. En el caso de Hospital Perpetuo Socorro somos conscientes de la importancia de la tecnología más puntera para garantizar la mejor y menos invasiva atención al paciente que colabore, junto a un equipo experimentado y profesional, a conseguir los mejores resultados ante unas patologías tan graves y prevalentes», concluye la oftalmóloga.

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