— ¿Es perjudicial el uso de aire acondicionado para combatir el calor en verano?
— El aire acondicionado no es malo per sé. De hecho es un buen método para aliviar del calor en los meses estivales pero es cierto que puede resultar perjudicial si no se utiliza correctamente y potenciar de esta forma algunas patologías. Se estima que el 20% de los catarros anuales, por ejemplo, se concentran en el verano. No obstante, y como norma general, suele tratarse de procesos leves y debe tenerse en cuenta que depende también de la intensidad del frío, el tiempo de exposición, el adecuado mantenimiento del aparato e incluso del estado de salud de cada persona.
— ¿Es el frío o los cambios de temperatura los responsables?
La responsabilidad es más bien de la falta de humedad que produce en el ambiente. El aire acondicionado es frío y seco, todo lo contrario a lo recomendable para la mucosa respiratoria. A una temperatura muy baja y con una exposición prolongada se produce un déficit de humedad en el aire. Esta circunstancia provoca un resecamiento de las mucosas de las vías aéreas superiores. Estas mucosas nasales se encargan de calentar y limpiar el aire que llegará a los pulmones pero con una refrigeración excesiva no pueden realizar bien su función, son más vulnerables, es decir, con menor capacidad para impedir la entrada de gérmenes que están en el aire. Esto propicia que el aire llegue demasiado frío e incluso potencialmente contaminado. Ambas circunstancias favorecen la aparición de enfermedades respiratorias. Además si los sistemas de acondicionamiento no tienen un correcto mantenimiento pueden ser un foco de gérmenes en sí mismos.
— ¿Son entonces los gérmenes más peligrosos?
— Efectivamente. Un mantenimiento deficiente puede permitir que se acumulen microorganismos nocivos para la salud en su interior propagándolos en el ambiente. Entre las enfermedades que esta circunstancia puede favorecer se encuentra la leghionelosis, que debe precisamente su nombre a que la bacteria leghionella se detectó por primera vez en las torres de refrigeración de un hotel durante la celebración de una convención de legionarios. Tras multiplicarse allí se traslada en gotas diminutas al ambiente y al ser inhaladas se produce la infección, que nunca se contagia de persona a persona. Su pronóstico suele ser bueno pero en ocasiones se agrava de forma importante.
— ¿Cuáles son las principales patologías que puede favorecer?
— Además de la ya citada leghionelosis, lo más frecuente suelen ser las infecciones víricas como el resfriado común, faringitis, amigdalitis, laringitis e incluso neumonías. También pueden producirse brotes asmáticos y alérgicos.
— ¿Hay personas que puedan verse más afectadas?
—Precisamente las personas con algún tipo de alergia o enfermedad respiratoria se sitúan entre las más afectadas por la exposición al aire acondicionado, así como personas mayores, con patologías crónicas o los fumadores.