La tuberculosis es una patología infecciosa, prevenible y curable, causada por el bacilo de Koch y que constituye una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. Se trasmite a través del aire al toser o estornudar, y cualquiera puede padecerla aunque los ancianos y los niños son más susceptibles al contagio, indica la doctora Nieves Jiménez, especialista en Medicina Interna de HPS.
Cerca de un tercio de la población mundial está infectada por el bacilo de la tuberculosis, es lo que se conoce como tuberculosis latente, aunque sólo en una pequeña proporción de los infectados se activa y desarrolla la enfermedad, según los datos de la Organización Mundial de la Salud. Los principales síntomas que hacen sospechar de su existencia son pérdida de peso sin causa conocida, falta de apetito, fiebre, debilidad o cansancio, escalofríos y sudores nocturnos. Si se trata de tuberculosis pulmonar se añaden una tos intensa que dura tres semanas o más, tos con sangre o flema y dolor en el pecho o al respirar o toser.