Las lentes de fantasía

28 enero, 2020

En caso de no utilizarse correctamente las lentes de contacto existen una serie de riesgos asociados a la mala utilización. La más común es la queratitis, una inflamación de la córnea, que es la capa transparente que cubre el ojo en la parte anterior y sobre la que reposa la lentilla. La queratitis es una inflamación que puede sobre infectarse por el virus del herpes, bacterias, hongos y otros microbios. En casos severos, puede provocar la cicatrización de la córnea afectando a su transparencia y por tanto ocasionando una pérdida importante de visión que puede llevar incluso a hacer necesario un trasplante de córnea, indica Marina Ocaña, especialista en Oftalmología de HPS.

El uso de lentes de contacto, ya sean cosméticas o de visión requiere de una serie de precauciones básicas que impidan problemas oftalmológicos derivados de su utilización. La higiene es fundamental, siendo necesario lavar y secar correctamente las manos antes de su manipulación, no llenar hasta el tope los estuches en los que se portan, cambiar el líquido con la periodicidad necesaria y vigilar su caducidad.

En caso de maquillarse, es conveniente quitarse las lentillas antes de desmaquillarse y utilizar lágrima artificial para evitar la sequedad ocular que incrementan las lentillas. Precisamente la lagrima artificial y las gafas protectoras son dos herramientas altamente recomendables para algunas fiestas carnavaleras, como Los Indianos, en las que el polvo de talco es protagonista.

Su uso debe ser aprobado por un especialista que determina si la superficie ocular es apta para utilizarlas y cuál es la medida adecuada. Además, debe explicarse cómo se manipulan, limpian y conservan. Se trata de un producto sanitario que se utiliza en un área muy sensible y deben estar perfectamente #certificadas y establecer su uso bajo supervisión médica, incluso si sólo se van a usar unas pocas horas por Carnavales.

Jamás deben adquirirse en bazares o tiendas no especializadas. Si no se tienen en cuenta todas estas circunstancias los riesgos son enormes, y oscilan entre laceraciones, abrasiones corneales, heridas o úlceras y en casos muy graves infecciones que pueden llevar incluso a la ceguera.

Por último, el uso habitual de lentes de contacto hace aún más recomendable la visita anual a un oftalmólogo para revisar el estado del ojo y la visión.

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