— Usted ha ofrecido en las jornadas docentes Diatros, en Barcelona, una ponencia sobre la seguridad clínica del paciente, tema del que es experto por la Escuela Andaluza de Salud Pública. ¿En qué consiste?
— En la atención sanitaria es fundamental el avance continuo y sistemático hacia la excelencia en el cuidado de los usuarios y pacientes. Para ello debemos evaluar constantemente nuestras actuaciones, proponer planes de mejora y establecer el concepto de que siempre podemos mejorar. Dentro de estas actuaciones un pilar fundamental es establecer los conocimientos y procedimientos que tiendan a optimizar la atención profesional pero también a la seguridad clínica de nuestros pacientes.
— En definitiva, ¿cuál es su objetivo?
— El crecimiento de la complejidad de la atención sanitaria puede incrementar el riesgo para el paciente y así producirse un evento que ocasione o pueda ocasionar un daño innecesario. Por ello, el objetivo de la seguridad clínica del paciente que celebró el pasado martes 17 de septiembre su día internacional es, partiendo de la base de que en la práctica clínica no existe el riesgo cero, reducir en lo posible el riesgo de daño innecesario hasta un mínimo aceptable.
— ¿Qué riesgos existen?
— Que se produzca un evento o circunstancia que ocasione o haya podido ocasionar un daño innecesario. Generalmente contamos con mecanismos que evitan que estos hechos se produzcan. Si se llega a producir un daño nos encontramos con lo que se denomina acontecimiento adverso. Algunos ejemplos de este tipo de eventos son que un paciente se caiga de la cama, sufra una reacción adversa a un medicamento, presente una infección durante su ingreso, surja una lesión no prevista durante una intervención o una confusión en la zona a operar.
— ¿Cómo podemos evitarlo?
— Es importante incidir en la correcta identificación de pacientes, realizar el procedimiento correcto en el lugar correcto, un control estricto de medicación y mejorar la higiene de manos de los profesionales y visitas. Para evitarlo hay que escuchar más y mejor a los pacientes, tener empatía con ellos y mantener al paciente informado de cada paso que se da, incluso de los que no se dan y por qué no se dan y procurar una buena comunicación entre profesionales.
Lea más sobre la seguridad del paciente y el margen de mejora.