La época estival puede afectar al corazón, especialmente en las personas que padecen ciertos tipos de cardiopatías, como la insuficiencia cardiaca o las arritmias. El calor favorece la deshidratación que aumenta la concentración de la sangre y reduce el flujo sanguíneo, lo que puede favorecer los eventos tromboembólicos.
El calor hace que el cuerpo vea incrementada su temperatura corporal habitual y precisa de fórmulas para termorregularse, es decir, regular su nivel térmico. Las principales son el sudor que puede ocasionar deshidratación, es decir, un déficit de líquidos y la dilatación de los vasos sanguíneos del sistema arterial, que va a reducir los niveles de presión arterial. Por otro lado, el riñón reacciona a la deshidratación contrayendo las arterias renales, reduciendo la función renal que supone para el organismo en una situación de riesgo, especialmente si existen cardiopatías. La tensión arterial puede llegar a caer hasta que se produzcan mareos (presíncopes) e incluso síncopes (pérdidas de conocimiento bruscas), y en casos extremos los peligrosos golpes de calor, que son una auténtica emergencia médica.
¿Qué señales pueden alertar del peligro?
En personas sanas suele producirse dolor muscular y de cabeza pero en otras con patologías cardiovasculares, el hecho de que el corazón se vea obligado a incrementar su nivel de bombeo (el corazón trata de compensar la hipotensión y el menor volumen sanguíneo incrementando la frecuencia a la que late) puede provocar síntomas como cansancio, congestión pulmonar y desmayos.
¿Qué grupos de población pueden registrar un mayor riesgo de problemas cardiacos por calor?
En primer lugar se encuentran los adultos mayores de 65 años, especialmente los más ancianos y aquellos que precisan de otros para sus cuidados básicos, junto a los niños menores de cuatro años, especialmente si padecen de una cardiopatía previa. También deben extremar las precauciones las personas mayores que viven solas o con escasas relaciones sociales así como quienes, por la razón que sea, permanecen muchas horas en zonas exteriores en las que hace calor, especialmente en las horas centrales del día.