La mano ha evolucionado para permitir una variedad de importantes funciones que van desde la prensión de objetos pequeños entre el pulgar y dedos o pinza, gracias a la oposición del pulgar que permite colocarlo al frente del resto de dedos, hasta movimientos de prensión de objetos grandes al cerrar o flexionar los dedos. Junto con la estabilidad que proveen las cápsulas y ligamentos que mantienen unidas las diferentes articulaciones, la movilidad provista por los tendones flexores, extensores y la musculatura intrínseca de la mano (músculos que tienen su origen e inserción dentro de la mano) y la sensibilidad que aportan los nervios, se pueden realizar un número muy variable de actividades. Los dedos radiales pulgar índice y medio participan más en la pinza y proporcionan una información sensitiva detallada mientras que el anular y meñique son muy importantes en la fuerza de prensión (sujetar con la mano un objeto).
La muñeca es la unión entre el antebrazo y la mano. Está formada por la articulación radiocarpiana entre el escafoides y semilunar con el radio, las articulaciones mediocarpiana e intercarpianas entre los huesos del carpo y la articulación entre el radio y cubito o radiocubital distal. La importancia de la muñeca radica en que coloca la mano en la posición adecuada para realizar actividades especificas y a su vez provee la estabilidad necesaria para las actividades de fuerza. La articulación radio cubital distal contribuye al movimiento rotacional o pronosupinación del antebrazo. “Para funcionar adecuadamente, la mano y muñeca deben tener la movilidad suficiente, una estabilidad adecuada y no presentar dolor al realizar actividades. Dentro de la gran variedad de lesiones que pueden presentarse en la mano y muñeca del deportista nos referiremos a tres de las más frecuentes”, explica el doctor Álvaro Blanco, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica de HPS.
Aparato extensor
Las lesiones del aparato extensor de la mano son consecuencia de traumatismos en la punta del dedo, muy frecuentes con el uso de balones, caídas o artes marciales. Entre ellas se encuentra el dedo en martillo. Existe el antecedente traumático y prácticamente de inmediato la ultima articulación del dedo o interfalángica distal se flexiona hacia la palma, no pudiendo extenderse de manera activa. Puede en ocasiones cursar con una fractura dorsal de la base de la falange distal.
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