Estas lesiones pueden deberse a traumatismos directos o indirectos, ser patológicas por un hueso debilitado por la enfermedad, por fatiga o estrés, al ser sometido a una sobrecarga de forma repetitiva. Cuando se produce una fractura existen varios síntomas que pueden estar presentes. La presencia e intensidad de los mismos dependerá de la complejidad y el umbral del dolor del paciente, de su tolerancia al dolor.
Los síntomas frecuentes son dolor en la zona de la lesión, inflamación del área, deformidad, limitación para la movilidad y/o funcionalidad del segmento, o incluso imposibilidad para realizar un movimiento. Para llegar al diagnóstico, el profesional utilizará el interrogatorio para conocer el mecanismo de la lesión, exploración física y la asistencia de métodos de ayuda diagnóstica por imágenes como las radiografías y tomografía axial computarizada (TAC), entre otros, indica el especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica de HPS, Gustavo Blanco.