El cáncer de próstata es el más frecuente en el hombre a partir de los 50 años, por lo que se recomienda comenzar con los controles urológicos anuales a partir de la edad de 45. Cada año se diagnostican 417.000 nuevos casos a nivel europeo, y mueren 92.000 pacientes por esta patología. A pesar de ello más de dos millones de personas viven con la enfermedad. Es fundamental un diagnóstico correcto y precoz que evite los falsos negativos y positivos que pueden complicar el proceso.
La próstata es una glándula del tamaño de una nuez situada en el fondo del abdomen debajo de la vejiga, delante del recto y tras el hueso del pubis, y rodea a la uretra, conducto que evacua la orina hasta el exterior, en su tramo inicial.
La mayoría de los casos de cáncer de próstata tiene un crecimiento muy lento aunque unos pocos pueden evolucionar rápidamente. En las etapas iniciales se presenta de forma asintomática, y precisamente ese es el momento de mayor relevancia para conseguir establecer un diagnóstico precoz que permita establecer la indicación de seguimiento y terapéutica adecuada, y que puede permitir incluso su curación.
Tres novedades han revolucionado el proceso tanto del diagnóstico como del pronóstico y tratamiento del cáncer de próstata, consiguiendo mejores resultados en los casos dudosos. Se trata de los nuevos marcadores prostáticos, la resonancia magnética multiparamétrica (RMM) y la biopsia prostática de fusión, herramienta de enorme utilidad y con la que ya cuenta el equipo de Urología de Hospital Perpetuo Socorro.
Pero vayamos por partes. El primer paso para su detección es como siempre un análisis de sangre que sirva para detectar el nivel del antígeno prostático específico (PSA) y un tacto rectal de la próstata, que es insustituible. Hasta ahora se ha considerado que el PSA sistemático anual era un análisis de sangre rutinario pero se ha descubierto que puede fallar en positivo o en negativo en un porcentaje de casi el 57%. «Si en un primer análisis tenemos un antígeno prostático específico total elevado y un cociente del PSALibre/ PSATotal menor del 13%, y esto va acompañado de un tacto rectal positivo, una biopsia prostática transrectal puede estar indicada. El problema comienza a plantearse si el tacto rectal, a pesar de haber un PSA elevado, es rigurosamente normal», explica el doctor José Ponce, especialista en la unidad urológica del centro hospitalario.
La prueba a realizar en tal caso es la biopsia de próstata transrectal. A nivel nacional se han realizado más de 60.000 pruebas de este tipo en un año para diagnosticar a unos 25.000 pacientes. Así pues, más del 35% de las biopsias practicadas por esta vía se saldan con un resultado negativo.
Para mejorar el diagnóstico, especialmente en casos que presenten dudas, han surgido nuevos marcadores para los parámetros prostáticos que permiten determinar si el cáncer de próstata es de grado bajo, intermedio o alto. Si los resultados arrojados se encuentran por debajo del 7% la actitud debe de ser expectante con vigilancia activa, pues quiere decir que si se hiciese una biopsia tendría un 93% de posibilidades de no tener un cáncer de próstata pero es un paciente que debe estar adecuadamente controlado. Por encima de siete en la escala de Gleason requiere de tratamiento.
El siguiente paso en el diagnóstico, si se ha superado en el anterior el 8%, es la resonancia magnética multiparamétrica en vez de la ecografía transrectal, que constituye un método menos efectivo. Los resultados de este procedimiento se miden a partir de una clasificación internacional que se denomina Pirads. En esta clasificación se determina en una escala del uno al cinco la gravedad de cada caso, siendo este último el grado más sospechoso.
La importancia del uso de estas nuevas pautas diagnósticas para la detección del cáncer de próstata es que evitan operaciones innecesarias cuando es suficiente con una estrategia de vigilancia activa. Cuando los datos que presentan tales pruebas indican porcentajes altos es momento de que el paciente sea sometido a una biopsia de fusión de su próstata.
Así pues, siguiendo esta nueva pauta diagnóstica es posible limitar biopsias de próstata innecesarias así como biopsias de repetición únicamente por presentar un PSA alto, sin más indicios de cáncer prostático. Por ello, las actuales herramientas suponen una auténtica revolución para afinar en el diagnóstico en ciertos casos.