La fiebre del running con sus múltiples beneficios es ya un hecho que se traslada en la participación en multitud de carreras. Con la popularización de este deporte han surgido multitud de mitos, en algunos casos erróneos, sobre cuál es la alimentación adecuada para correr. Entre las principales creencias asociadas a la alimentación de una persona que practica deporte en general y running en particular se encuentra la de que el ejercicio permite comer todo lo que se quiera. «Evidentemente no se puede a pesar de estar realizando una actividad física sin que esto afecte al estado de forma en relación a la ganancia o mantenimiento de peso. Como cualquier persona, el deportista debe guardar un equilibrio nutricional con respecto a la actividad que realiza. En ningún caso hacer deporte significa comer de una forma descontrolada», asegura el doctor José Luis Caballero, Máster y experto en Nutrición y Dietética de HPS.
Con respecto a la alimentación a base de carbohidratos, otra creencia muy extendida, tal práctica constituiría una alimentación deficitaria. Los carbohidratos son un magnifico soporte energético para el trabajo muscular, pero el resto de las funciones corporales, incluyendo la de los propios músculos, precisan de otros nutrientes en mayor o menor cantidad. Incluso la mal afamada grasa debe formar parte de esta alimentación, apunta el doctor Caballero. «Por tanto, la relación de hidratos/grasas/ proteínas se sigue manteniendo en la misma proporción de 55/25/20 del aporte calórico total diario. Donde sí tiene mayor importancia en aporte de hidratos es en la comida previa a la prueba física, donde se puede incluir una porción de hidratos de carbono de absorción lenta, pero en cantidades moderadas. Debemos tener presente que la digestión es un proceso que requiere bastante energía», pormenoriza.
Es muy frecuente escuchar que correr en ayunas, como realizar otros deportes, ayuda a perder peso. Lo cierto es que esta práctica equivale a realizar un trabajo corporal sin reservas energéticas, y sin ellas no se puede soportar la misma intensidad física con lo cual posiblemente se realizará menos gasto calórico y a la larga se perderá menos peso. Pero esta comida, ¿debe ser copiosa? «Si hacemos una comida muy abundante antes de hacer ejercicio, el estomago estará lleno de alimentos y se pueden sentir molestias digestivas durante la actividad. También hay que tener presente que la digestión es un proceso complejo que absorbe bastante energía al organismo, con lo cual estar en pleno proceso digestivo durante el ejercicio no es lo más adecuado», considera el experto en Nutrición y Dietética.
No menos usual es la costumbre de tomar agua con azúcar para prevenir las agujetas pero, partiendo de la base de que las agujetas son microlesiones musculares producidas en un músculo no preparado para un determinado ejercicio, no tiene sentido preventivo la toma de agua con azúcar. Por ello, la mejor previsión para las agujetas es el calentamiento muscular previo y evitar sobrepasar el esfuerzo al que están acostumbrados los músculos. Un buen estiramiento posterior también puede ayudar a disminuir las molestias. Las bebidas energéticas son otro tema en el que circulan diferentes versiones. El aporte de agua y sales minerales dependerá de la intensidad, hora, temperatura y características personales a la hora de hacer alguna actividad física. Es importante una adecuada hidratación previa que se puede interrumpir un buen rato antes de la prueba para no tener necesidades fisiológicas durante el ejercicio. Durante la carrera y como norma general, en la primera media hora es suficiente con reponer agua y a partir de ese momento sería conveniente añadir sales minerales y algún complemento con azúcares. «En mi opinión, las bebidas energéticas no son realmente necesarias pues en su mayoría llevan en su composición sustancias que pueden aumentar la tensión arterial, frecuencia cardiaca y temperatura corporal», concluye.
Consulte la práctica de ejercicio y el aumento de masa muscular.