Sofocos en la menopausia

23 octubre, 2017
La Dra. Cruz, especialista en Ginecología de HPS

Los sofocos, aunque pueden deberse a diversas causas, son muy frecuentes en la menopausia y perimenopausia (período anterior a la menopausia) y uno de los síntomas por los que más frecuentemente acuden a consulta las mujeres ya que es uno de los primeros signos de esta etapa y suele encontrarse entre los más molestos, indica la ginecóloga de HPS, Rafaela Pilar Cruz. Según la a Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) suele producirse entre los 45 y 55 años. No obstante, no aparecen en todos los casos ni con la misma intensidad, que en algunas mujeres puede llegar a interferir en su día a día.

Existen algunos factores de riesgo que colaboran en su aparición como la obesidad, el estrés, el tabaco, el alcohol, la alimentación o los ambientes muy húmedos y cálidos. En cualquier caso, se estima que los sofocos afectan a más del 80% de las mujeres en este período. Por etapas, los estudios apuntan a su padecimiento en porcentajes menores al 50% en féminas de más de 40 años que va aumentando a medida que se acerca la menopausia y que suele mantenerse al menos hasta un año después de la desaparición de la menstruación.
Sin tratamiento, suelen remitir por sí solos en algunos años aunque existen casos en los que se prolongan por décadas. Por ello, y dependiendo de la intensidad y frecuencia con la que se padezcan, es recomendable optar por un tratamiento que los elimine o al menos minimice.

El sofoco consiste en una fuerte sensación de calor acompañada de una sudoración intensa y un aumento de la frecuencia cardiaca que incrementa el flujo sanguíneo cutáneo, por lo que se enrojece la cabeza, cuello y tórax. Su duración suele oscilar entre unos minutos a media hora y pueden surgir de día o de noche.

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