El verano es un momento de repunte importante de esta enfermedad por el sudor y el calor, así como por la asistencia a playas y piscinas. Un bañador demasiado tiempo húmedo constituye una de las principales causas de su aparición, explica el doctor Manuel Sosa, especialista en Ginecología y Obstetricia de HPS.
De hecho, que el bañador permanezca demasiado tiempo húmedo constituye una de las principales causas de su aparición. Otros factores como las condiciones de los viajes así como los cambios de dieta y ritmo de vida justifican esta proliferación estival. Prurito, ardor, inflamación e irritación en la zona; flujo vaginal espeso, abundante y de color blanco; micción y relaciones sexuales dolorosas son algunos de sus características más habituales.
«Estos signos pueden ser leves o ligeros y no es necesario que aparezcan todos, suelen darse sólo algunos, especialmente el prurito y ardor», puntualiza el doctor Sosa. Y continúa advirtiendo que «los síntomas son muy semejantes a otras formas de vaginitis, como la tricomoniasis y la vaginosis bacteriana, e incluso de enfermedades de transmisión sexual. Por lo tanto debe acudirse a un especialista para que, mediante un examen ginecológico, recoja muestras e identifique el tipo de infección ». Además, en caso de padecerse, y aunque no se trata de una enfermedad de transmisión sexual, es posible contagiar a otras personas al mantener relaciones íntimas, especialmente si se trata de otra mujer. Si la pareja sexual es masculina el riesgo es bajo pero aun así es importante que se mantenga atento a posibles síntomas, especialmente si padece diabetes o no está circuncidada.
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