Aunque actualmente ningún tratamiento consigue revertir la pérdida de campo visual, sí es posible ralentizar y en ocasiones detener su avance. «Todos los tratamientos, tanto farmacológicos como quirúrgicos, tienen el objetivo de reducir la presión intraocular para así intentar detener el avance de la enfermedad, o si existe este avance, que sea lo más lento posible. Y esto es así porque el principal factor de riesgo reconocido para el desarrollo de la enfermedad es la elevación de la presión intraocular», explica el doctor Vicente Mujica, especialista en Oftalmología de HPS.
Para conseguir este efecto, los medicamentos son el tratamiento más frecuente frente al glaucoma. Fundamentalmente la formulación de colirio, es decir, en gotas para instilar en el ojo, son en la actualidad la principal y más usada herramienta terapéutica. Esto se debe a que desde hace algunos años, con la introducción de nuevas moléculas derivadas de la familia de las prostaglandinas, se consiguen reducciones muy importantes –superiores al 30%–, de la cifra de tensión que presenta el paciente en su primera visita. Además, en casos necesarios, existen formulaciones de combinación de más de un fármaco, con lo que se pueden alcanzar aún reducciones mayores de la presión intraocular. El arsenal de moléculas así como de combinaciones es muy amplio. Además de la farmacología, se puede utilizar la cirugía, y en algunos casos, el láser –de los que hay varias modalidades–, para reducir la presión intraocular. Aunque actualmente ningún tratamiento consigue revertir la pérdida de campo visual, sí es posible ralentizar y en ocasiones detener el avance del glaucoma. Los medicamentos son la prescripción más frecuente, aunque se puede utilizar la cirugía, y en algunos casos, el láser, explica el doctor Vicente Mujica, especialista en Oftalmología.
«Fundamentalmente estos casos son aquellos en los que la enfermedad no puede controlarse sólo con el uso de gotas o en los que consideremos que, dado su importante estado de desarrollo, se hace conveniente una intervención para reducir la presión intraocular en mayor medida», detalla el doctor Mujica. «Como hemos dicho, el objetivo de la intervención quirúrgica también es el de conseguir reducir la presion intraocular. En general, aunque hay diferentes intervenciones, todas intentan establecer una vía para que el humor acuoso pueda encontrar una salida de la cámara anterior del ojo y así disminuir la presión intraocular», indica el oftalmólogo.