Los catarros o resfriados constituyen la enfermedad pediátrica más común. Los pacientes presentan obstrucción nasal, aumento de mucosidad y tos. La fiebre no suele durar más de tres días, los síntomas nasales y de garganta ceden en una semana, pero la tos puede continuar a lo largo de dos o tres semanas, explica la doctora María del Pilar Álvaro, especialista en Pediatría de HPS.
Enfermedades respiratorias infantiles en invierno
23 enero, 2017