Mediante la radiofrecuencia y la utilización de una sonda aguja se ha tratado un tumor en el riñón de un paciente de 57 años. El resultado ha sido excelente y el objetivo es tratar también tumores hepáticos.
El Hospital Perpetuo Socorro (HPS) ha incorporado una nueva técnica para tratamientos tumorales. El grupo formado por el radiólogo Fernando Gómez Toledo, los especialistas en radiología vascular intervencionista Elías José Gorriz Gómez y Álvaro Cabrera Peña, ayudados por el Dr. Rafael García del Departamento de Anestesia, han realizado la ablación de un tumor renal mediante el empleo de radiofrecuencia.
Fernando Gómez Toledo indica que la radiofrecuencia es un sistema utilizado en tumores hepáticos basado en la formación de calor a través de corrientes eléctricas de alta frecuencia. Dicho calor, explica Gómez, provoca la necrosis del tumor. “En los tumores renales se emplea con escasa frecuencia, especialmente en pacientes que tienen alto riesgo quirúrgico como ha sido el caso, o en tumores pequeños; con mayor frecuencia es utilizado en tumores hepáticos”, asegura el doctor.
La técnica consiste en la colocación de una sonda aguja mediante control de ecografía dentro del tumor. “Hay que ser muy precisos en la localización porque la emisión de las ondas y de calor es circular y con un diámetro concreto que no excede de los tres centímetros, por lo tanto, la colocación de la sonda aguja tiene que ser muy precisa. Se conecta al sistema de radiofrecuencia, el cual se refrigera mediante un circuito interno de agua para limitar el calor a la punta de la sonda aguja y no provocar necrosis en tejidos extra tumorales”, especifica Gómez Toledo.
El paciente, de 57 años y con riesgo quirúrgico ya que era obeso y padecía problemas respiratorios, fue sometido a una leve sedación. “El procedimiento provoca muy pocas molestias, el problema es la colocación precisa de la sonda aguja, que puede llevar algún tiempo y en este caso fue laboriosa. Una vez colocada la sonda se emplean cerca de 12 minutos con la radiofrecuencia, tiempo suficiente para provocar la necrosis. Mediante el control de ecografía puede verse la evolución de la necrosis con transformación quística del tumor y si persisten áreas no necrosadas puede recolocarse la sonda y administrar otra sesión de radiofrecuencia, de manera que la necrosis tumoral sea completa”, concluye el especialista en Radiología.
El procedimiento no suele provoca complicaciones y que en el caso de este paciente tuvo una leve hematuria inmediatamente después del procedimiento, que desapareció al día siguiente. Pasados varios días se realiza un control con ecografía para comprobar resultados y tras uno o dos meses se hace un control con escáner contrastado para comprobar si existe o no zona tumoral no necrosada, en ese caso puede repetirse el procedimiento. “La operación duró aproximadamente 20 minutos, más 12 minutos de tratamiento con las ondas de radiofrecuencia. El resultado inmediato fue bueno y el control de ecografía pasados 3 días fue excelente. En unos meses le realizaremos el control con escáner”, explica el facultativo de HPS.
Se trata de la primera vez que se utiliza este procedimiento en el Hospital Perpetuo Socorro, una técnica que podrá ser utilizada en un futuro en tumores hepáticos.