Comenzó a ser utilizada en Medicina para describir la estenosis o estrechez de un orificio corporal. El doctor Santiago Guindos, especialista en Cirugía Pediátrica del HPS, explica que la fimosis consiste en la imposibilidad de retraer la piel prepucial que recubre el glande, de manera que éste quede al descubierto.
El cirujano pediátrico sostiene que es importante establecer con claridad que la fimosis es una condición normal en el inicio de la vida. Al nacimiento, existen adherencias entre la cara interna del prepucio y la superficie del glande, de manera que no se puede retraer el prepucio y descubrir el glande sin realizar una maniobra forzada. Existe la fimosis normal o fisiológica, de manera que en la exploración física se puede comprobar la existencia de un orificio prepucial no cicatricial, levemente estrecho. Santiago Guindos indica que sólo un 4-5% de los recién nacidos presentan un prepucio completamente rebatible. A los 6 meses de edad, un 80% de los niños sigue sin poder retraer la piel prepucial, un 50% al año, el 20% a los dos años, 10% a los tres, 8% a los seis y el 1 % a los 17 años.
Para que la condición normal en los primeros años de la vida no se convierta en un proceso patológico existen una serie de recomendaciones y cuidados que se deben seguir. En primer lugar, advierte el médico, deben evitarse las maniobras de retracción forzada e intempestiva de la piel prepucial. Este procedimiento es doloroso, produciendo heridas en el prepucio e inflamación del mismo y constituye una de las principales causas de aparición de la fimosis verdadera posteriormente, especialmente teniendo en cuenta que los niños de corta edad adquieren auténtica aversión a la manipulación del pene, no permitiendo que sus cuidadores realicen unos adecuados cuidados de higiene y retracción diaria, con lo que el establecimiento de una cicatriz circular estrecha es muy frecuente.