Además de las diferencias interpersonales, existen distintos tipos de esta patología que se caracterizan por sus causas, la manera de presentarse y el tratamiento.
La insulina es una hormona producida por el páncreas que regula la glucosa, es decir, el azúcar en la sangre.
Cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no es capaz de usarla eficazmente, se produce la enfermedad que conocemos como diabetes. Por tanto, la diabetes es una patología, generalmente crónica, que se caracteriza por la tendencia a la hiperglucemia, como se denomina al aumento de la glucosa en sangre. Este aumento descontrolado de la glucosa provoca con el tiempo daños graves en muchos órganos y sistemas, especialmente en corazón, vasos sanguíneos, ojos, riñones y nervios.
En cuanto a su presentación, es falso que las manifestaciones de la diabetes sean iguales en todos los pacientes. Además de las diferencias interpersonales, existen distintos tipos de diabetes que se caracterizan por sus causas, la manera de presentarse y el tratamiento. Así, “la diabetes tipo 1, también conocida como juvenil o de inicio en la infancia, se debe a una producción deficiente de insulina y, por tanto, requiere la administración de esta hormona a diario (insulinodependencia).
Sus síntomas, como sed, hambre y cansancio excesivos pueden aparecer de forma súbita y de manera intensa y está causada por factores genéticos no conocidos”, explica el doctor Ángel Blanco Becerra, especialista en Medicina Interna de HPS.