Uno de los falsos mitos de la alimentación más asentado es el que asegura que en el pan es la miga lo que más engorda.

“El pan tiene dos partes bien diferenciadas cuando está horneado. La capa interna, llamada miga, es la más hidratada, y la corteza es la parte externa del pan y deshidratada, constituyendo una fuente de energía. La creencia que asegura que la miga engorda más es erróneo. La miga, a diferencia de la corteza, contiene más agua (casi un 45%) y por ello cuenta con menos calorías que la corteza. Cuando se prepara el pan no hay una receta distinta para elaborar la miga y otra receta para elaborar la corteza”, explica la doctora Glenda Bautista, Máster en Dietética y Nutrición y especialista en Medicina Interna de Hospital Perpetuo Socorro.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue recomendando consumir unos 250 gramos diarios de pan. El consumo medio español se sitúa en torno a los 50-70 gramos por día. Esta ingesta de pan en España ha ido descendiendo en las últimas décadas derivado fundamentalmente del estigma al que se le ha asociado y que afirma que el pan engorda, lo cual no es cierto. Tampoco es verdad que el pan tenga exceso de sal. En cualquier caso, de los diferentes panes que existen en el mercado es la baguette el más salado. Aunque en el ámbito de oferta de pan nos podemos encontrar una amplia gama de posibilidades en las panaderías o supermercados, sin lugar a dudas, el trigo es el cereal más conocido y consumido.

Por su parte, el pan de centeno resulta el que más fibra contiene y además es el típico pan de los países del norte de Europa, como Alemania, Holanda o Polonia. También podemos encontrar variedades como el pan de espelta o el pan de avena, entre otros.

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