Cómo superar la disfunción eréctil

4 Março, 2019

La disfunción eréctil es definida como la imposibilidad de lograr y/o mantener una erección suficiente para alcanzar la satisfacción sexual. El ciclo de respuesta sexual comprende una secuencia de estados psico-fisiológicos que ocurren con un orden progresivo: deseo, excitación, orgasmo y resolución. La disfunción eréctil aparece cuando se produce un deterioro de la respuesta sexual en la fase de excitación.

Respecto a su edad de aparición, en general es más frecuente a partir de los 40 años aunque estos datos están cambiando su tendencia y tener siempre presente que se trata de una enfermedad y no una parte normal del proceso del envejecimiento, por lo que debe consultarse ante su aparición. «La disfunción eréctil tiene una incidencia cuatro veces mayor alrededor de los 70 años con respecto a aquellos que tienen 20 años. Sorprendentemente, la presentación clínica de esta patología se está incrementando, con un 25% de nuevos casos en hombres menores de 40 años», asegura el doctor Martín Stagnaro, especialista en Urología de Hospital Perpetuo Socorro.

No obstante, puede aparecer en cualquier momento, no existe un perfil concreto. De hecho, los elementos que pueden condicionar su aparición, es decir, su causa puede ser psicológica o deberse a problemas vasculares, neurológicos, endocrinos o anormalidades estructurales.

Tono nervioso

Como explicación al origen supuestamente psicológico de la disfunción eréctil se describen mecanismos de incremento del tono nervioso simpático Estresores psicológicos muestran cambios neuroendocrinos en el cerebro que podrían generar una disminución de la capacidad eréctil. Entre los factores psicológicos que pueden contribuir a esta patología se encuentran la depresión, la ansiedad o los conflictos en la relación, por citar algunos ejemplos.

La presencia de disfunción eréctil puede indicar también la presencia de otros estados patológicos concomitantes y factores de riesgo, fundamentalmente cardiovasculares.

Por todo ello es importante consultar ante su aparición sin demora ni vergüenza ya que no sólo puede tener cura sino que es posible que enmascare otros problemas graves que podrían poner en riesgo incluso la vida del paciente, como los citados de tipo cardiovascular.

Respecto al tratamiento, «existen diversos grados dependiendo de cada caso en concreto, oscilando desde un cambio de hábitos hasta la cirugía pasando por tratamientos psicológicos y farmacológicos», según el urólogo.

Se ha observado, no obstante, que los cambios en el estilo de vida, dietas más saludables y el incremento de la actividad física pueden tener un efecto positivo no demasiado significativo en la función eréctil.

Ayuda a las parejas

La psicoterapia y el asesoramiento psicosexual pueden ayudar a los pacientes y a sus parejas, reduciendo la ansiedad, mejorando la comunicación e introduciendo estrategias para integrar los tratamientos de este trastorno en sus relaciones sexuales.

Los medicamentos más utilizados para el tratamiento de la disfunción eréctil son los inhibidores de la fosfodiesterasa 5 como, por ejemplo, sildenafilo, taladafilo, vardenafilo y avanafilo.

Los principales efectos adversos que puede provocar esta medicación son las alteraciones digestivas, dolor de cabeza, enrojecimiento de la cara y congestión nasal, dolor de espalda, mareos y trastornos de la visión. La contraindicación para el uso de estos medicamentos es la utilización por parte del paciente de nitratos/nitritos. Tampoco están recomendados en casos de insuficiencia renal o hepática severas. Es importante igualmente destacar que ninguno de ellos funciona si no hay estímulo sexual.

En aquellos casos en que se detecta una deficiencia de testosterona total muestra mejores resultados una estrategia de tratamientos combinados de testosterona y un inhibidor de la fosfodiesterasa 5.

Dispositivos

Existen dispositivos de vacío para lograr la erección que tienen un grado de satisfacción alto por parte de los pacientes, en torno al 80%. Las principales complicaciones, aunque poco frecuentes son: aparición de petequias (manchas) en el pene y de tipo transitorias, dolor, dificultades para eyacular o problemas con el dispositivo en cuanto a su utilización. También pueden utilizarse medicamentos a nivel uretral (alprostadil).

Generalmente se indica este tratamiento en pacientes que tienen contraindicado el uso de inhibidores de la fosfodiesterasa 5 y para aquellos que quieren evitar la medicación oral. «Podemos mencionar como alternativas terapéuticas las inyecciones intracavernosas (en el pene). La mayoría de las veces su indicación a día de hoy es para pacientes que tienen contraindicado el uso de los tratamientos anteriormente mencionados o para aquellos que no desean recibir medicación por boca», afirma el doctor Stagnaro.

Complicaciones

La complicación más frecuente con el uso de estas inyecciones es el priapismo (erección prolongada y dolorosa), aunque este riesgo disminuye considerablemente cuando la dosis indicada es la adecuada.

Finalmente, algunos pacientes con disfunción eréctil sólo podrán ser subsidiarios de la colocación de una prótesis peneana, pero debido a que se trata de un procedimiento quirúrgico invasivo y esencialmente irreversible, es fundamental que el paciente esté aconsejado debidamente para que tenga claras sus expectativas a corto y largo plazo, concluye el especialista en Urología de HPS.

 

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