La resonancia magnética nuclear

26 Junho, 2019
Francisco Ramírez, especialista en Diagnóstico por Imagen de HPS

La resonancia magnética (RM) es una técnica de diagnóstico que permite obtener imágenes gracias a la acción de un campo magnético y ondas electromagnéticas en el rango de radiaciones no ionizantes, por lo que puede emplearse como una exploración en controles periódicos en el tiempo, en casos necesarios según la patología sin riesgo para la salud. Esta tecnología permite obtener imágenes con excelente diferenciación para todos los tejidos blandos del cuerpo, lo que supone una de las mejores características de esta técnica.

«Consta de un imán principal que en los equipos más potentes son de 1.5 y 3 teslas (unidad de medida empleada para la determinación de la potencia de dichos imanes), siendo los más potentes del mercado los equipos de 3 teslas. Hospital Perpetuo Socorro cuenta con estos dos equipos de última generación. Es importante mencionar de manera adicional que un tesla equivale a 20.000 veces el campo magnético terrestre, lo que refleja la potencia del imán principal del equipo de resonancia magnética», destaca el doctor Francisco Ramírez, especialista en Diagnóstico por Imagen de Hospital Perpetuo Socorro.

La resonancia magnética se utiliza para todas las especialidades médicas pero entre sus usos más destacados se encuentra el estudio de la patología isquémica cerebral o los ictus isquémicos en el campo de la neurología. «Esta técnica permite el diagnóstico preciso en las primeras horas de la presencia de síntomas y déficits neurológicos, estableciendo las zonas o regiones cerebrales en riesgo de infarto en evolución, pudiéndose establecer protocolos de tratamiento en las primeras cuatro horas que puedan evitar daño cerebral irreversible, con las consecuencias que esto conllevaría en el paciente para su calidad de vida», explica el doctor Ramírez. Además es útil en el estudio de otras patologías de cráneo, cerebro y médula espinal como es el caso de tumores y enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple. En esta patología está indicada para los controles periódicos durante la evolución y los brotes agudos, sin riesgo al no utilizar radiaciones ionizantes.

En la cardiología hay que resaltar la evolución de la técnica en los últimos años, convirtiéndose en la actualidad en una exploración de gran importancia por su capacidad diagnóstica en todas las patologías cardiacas. En muchas de ellas es la prueba de oro, por ejemplo en los casos del infarto de miocardio determinando localización, tamaño, tiempo de evolución, complicaciones y área en riesgo. La función cardiaca se visualiza en tiempo real y en forma de cine obteniendo todos los parámetros necesarios de volúmenes y flujos cardiacos en las diferentes fases del ciclo, superando de forma significativa las técnicas convencionales de ultrasonido.

En enfermedades inflamatorias del miocardio determina el pronóstico y evolución según el tipo de patología infiltrativa del músculo cardiaco. En patologías congénitas, como en los casos de miocardiopatía hipertrófica, causante de muerte súbita en deportistas jóvenes, valora el grosor del músculo ventricular de forma muy precisa. En enfermedades valvulares cuantifica de forma muy fiable los flujos sanguíneos a través de las válvulas cardiacas facilitado la toma de decisiones en el manejo, control y seguimiento, siendo igualmente relevante en patologías tumorales, entre otras.

En el aparato digestivo destaca para el estudio de hígado, páncreas, vía biliar y bazo; en urología para el análisis de riñones, suprarrenales, vías urinarias y especialmente en el estudio de la glándula prostática, obteniendo imágenes que permiten identificar nódulos y también alteraciones en la señal de secuencias especificadas de espectroscopia que miden algunos metabolitos de aminoácidos. Según la relación de dichos metabolitos se determinan zonas sospechosas de cáncer para la realización de biopsias más dirigidas mejorando los resultados en el diagnóstico de esta patología masculina tan frecuente.

En ginecología se usa para el estudio de los órganos pélvicos y de la mama. Es una excelente exploración complementaria e imprescindible en casos de cáncer de mama en el estadiaje de la enfermedad, para planificar el tratamiento médico y quirúrgico más adecuado para cada una de las pacientes, así como para el seguimiento y respuesta tumoral al tratamiento oncológico pudiendo determinar de forma objetiva el tamaño o carga tumoral tras las administración de los ciclos de quimioterapia.

En traumatología es una prueba magnífica para el estudio de todo el sistema osteomuscular, articulaciones y extremidades del cuerpo incluida la columna vertebral. Incluso para casos de patología herniaria de los discos intervertebrales, determinando de forma muy específica el tipo de hernia discal, su localización en el canal vertebral, su relación con las raíces correspondientes y así ayudando en la planificación de la cirugía de columna cervical, dorsal o lumbar.

Además de todo ello el potencial más interesante y uno de los más importantes en la RM es su desarrollo en el campo de la investigación al explicar cómo y por qué se producen algunas patologías. «Gracias a la resonancia magnética cada vez podemos obtener más respuestas en cada una de las patologías, lo que ha permitido mejorar los pronósticos de las enfermedades, la monitorización en la respuesta de los tratamientos administrados y la realización de estudios multicéntricos de mucha relevancia clínica estableciendo así mejoras en las pautas de manejo, en la planificación de los actos quirúrgicos y la realización de biopsias diagnósticas de forma precisa», concluye el especialista en Diagnóstico por Imagen de HPS.

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