Doctor Osman Benavides, cirujano traumatólogo de HPS
¿Sabías que el uso excesivo de dispositivos móviles o teclados aumenta el riesgo de padecer rizartrosis? La artrosis trapecio-metacarpiana provoca el deterioro de la base del pulgar, un dedo que aporta el 40 % de la función a la mano.
El Doctor Osman Benavides es cirujano traumatólogo especialista en Cirugía de codo, mano y reconstrucción en la Unidad de Cirugía de la Mano y del Miembro Superior de HPS. Licenciado por la Universidad católica de Honduras, obtuvo la titulación oficial de experto en Anatomía Quirúrgica aplicada a la Cirugía Reconstructiva del Miembro Superior e Inferior en la Universidad de Girona y su faceta investigadora le ha llevado a publicar múltiples trabajos en congresos nacionales e internacionales. Con sus conocimientos, abordaremos los secretos de una enfermedad degenerativa y todo lo que debes saber si tienes problemas en esa articulación de la mano
Como cirujano especialista de HPS, cómo definiría la rizartrosis y cuáles son sus causas?
La Rizartrosis, también conocida como artrosis de la base del pulgar o artrosis trapecio-metacarpiana, es de los procesos degenerativos articulares más frecuentes de la mano.
Desde HPS la definimos como la destrucción articular de la base del pulgar y, al igual que otros tipos de artrosis, su causa es desconocida, aunque puede estar influida por fracturas o traumatismos previos: desgaste por sobreuso de las manos en algunos trabajos o actividades deportivas o incluso por una alteración del balance hormonal.
¿A quién afecta la rizartrosis del pulgar?
Entre un 25% y 40% de la población adulta sufrirá de Rizartrosis en algún momento de su vida siendo hasta 10 veces más frecuente en mujeres a partir de los 45-55 años. A partir de los 70 años, la diferencia entre hombres y mujeres tiende a equipararse, alcanzando una prevalencia de 85-94% en los adultos mayores. En los últimos años, podemos asegurar desde HPS que se ha visto una incidencia mayor en pacientes menores de 45 años, probablemente en relación con actividades laborales manuales y al incremento de horas utilizando dispositivos inteligentes (móviles o tablets).
¿Cuáles son sus síntomas?
El principal síntoma es el dolor en la base del pulgar y cara lateral de la muñeca. Este dolor es el que limita la fuerza en la pinza entre el dedo índice y el pulgar o en otras actividades cotidianas, como exprimir una tela o abrir un frasco de conservas. Otros síntomas pueden ser hinchazón, rigidez o sensación de crepitación en la articulación.
¿De qué manera afecta a la calidad de vida del adulto que la sufre y que acude a HPS?
La rizartrosis genera un impacto importante en los pacientes que la sufren dado que absolutamente todas las tareas manuales requieren la pinza entre pulgar e índice. Para hacernos una idea, aproximadamente el 40% de la función de la mano depende del pulgar. No poder sujetar bien un bolígrafo para escribir, la pérdida de fuerza para coger una taza de café o la dificultad para abrir frascos son quejas comunes entre los pacientes. Actividades como el pádel, la pintura, la ejecución de instrumentos musicales o la costura se ven limitadas por el dolor.
Todos estos son ejemplos de circunstancias que se ven mermadas por el dolor y por consiguiente repercuten en la calidad de vida de las personas, produciéndoles con frecuencia una sensación de dependencia que pueden consultar y tratar en HPS con los mejores profesionales.
¿Cómo se diagnostica esta patología en HPS?
En HPS lo más importante es escuchar al paciente, realizar una historia clínica detallada y una exploración física minuciosa, pero para completar el diagnóstico y planificar un tratamiento personalizado necesitaremos realizar una radiografía. En esa prueba de imagen se verá que el espacio de la articulación es menor a lo habitual y se objetivarán otros signos de artrosis. En algunos casos más avanzados, o si coinciden varias patologías, puede ser necesaria otra prueba de imagen (ecografía o resonancia)
¿Cuál es el tratamiento de la rizartrosis?
Existen diversos tratamientos para la rizartrosis, que se adaptarán de forma individualizada para conseguir el mejor resultado.
Aunque en fases iniciales el dolor se puede controlar con medidas conservadoras (analgesia, férulas, ejercicios específicos), en la mayoría de ocasiones es necesario realizar en HPS un tratamiento quirúrgico para permitir limitar el dolor y conseguir la mayor funcionalidad posible.
Actualmente, podemos utilizar prótesis articulares que permiten recuperar la movilidad a partir del 5-10 día postoperatorio y la reincorporación a las actividades deportivas y laborales entorno a la 3-4 semana postoperatoria. El diagnóstico precoz y personalizado es fundamental para lograr un resultado óptimo y duradero.
¿La Rizartrosis puede afectar al resto de la mano?
La respuesta es que sí. Cuando el diagnóstico se retrasa, puede progresar a otros niveles del pulgar, lo que contraindicaría la utilización de la prótesis y serían necesarias otras opciones de tratamiento.
¿Y cuál sería la desventaja de estas otras opciones de tratamiento?
Aunque a medio plazo los resultados entre la prótesis y otras técnicas quirúrgicas son similares, la principal desventaja es el tiempo de recuperación. Con la prótesis el regreso a la vida cotidiana suele estar alrededor del mes postoperatorio, con la retirada del trapecio y la tenosuspensión (la técnica tradicional) sin embargo, la recuperación oscila entre los 3 y 6 meses.
¿Cuánto tiempo de hospitalización en HPS implica esta cirugía?
Todas las técnicas se realizan de forma ambulatoria. Eso quiere decir que, una vez realizada la cirugía (bajo anestesia general o anestesia solamente del brazo afecto), el paciente permanece en observación unas horas y, tras ello, se puede ir de alta, siendo valorado en la consulta de HPS una semana después de la intervención.