Las ojeras y bolsas en los ojos son uno de los motivos de consulta más frecuentes en la especialidad de oculoplastia, porque generan expresión de fatiga o cansancio permanente. La piel del contorno de los ojos es la más fina y delicada de todo el cuerpo.
Es más laxa y por su estructura tiende a acumular líquido y distenderse. Por eso es la primera zona en mostrar los signos del paso del tiempo. Además, se encuentra sometida a movimiento constante debido al parpadeo y los gestos de expresión facial. Es por ello que esta zona es la primera en mostrar los signos del paso del tiempo. En pacientes jóvenes la herencia es determinante. También existen ciertas enfermedades como las alergias o problemas de tiroides que favorecen la aparición temprana de ojeras. «El término ojera engloba un conjunto de alteraciones anatómicas que pueden aparecer por separado o conjuntamente. El tratamiento requiere de un diagnóstico adecuado y una especial pericia en las técnicas utilizadas, ya que se trata de un área muy delicada por su cercanía al globo ocular. En la actualidad contamos con tratamientos altamente efectivos», explica la doctora Cecilia Rodríguez, especialista en Oftalmología y Oculoplastia de HPS.
Entre los distintos tipos de ojeras se encuentran las ojeras hundidas, que se producen por afinamiento de la piel y descenso de la grasa de la mejilla por la edad. Su tratamiento se efectúa mediante infiltraciones de un ácido hialurónico específico diseñado para esta zona. Las ojeras oscuras ocasionadas por exceso de melanina, como las de tipo racial, son las más difíciles de tratar. El tratamiento va enfocado a eliminar el exceso de pigmento con peeling químicos o cremas despigmentantes. Lo último para este tipo de ojeras es el láser.
Las ojeras rojo-azuladas derivan de una piel del párpado anormalmente fina, por lo cual puede verse por transparencia la red vascular subyacente. En estos casos la carboxiterapia incrementa la oxigenación de los tejidos y la microcirculación mejorando su coloración. Además se puede usar mesoterapia con vitaminas, peelings, y en algunos casos, reoculoplastia. La ojera engloba un conjunto de alteraciones anatómicas cuyo tratamiento requiere de un diagnóstico adecuado y una especial pericia técnica, al tratarse de un área muy delicada por su cercanía al globo ocular, explica la doctora.
¿Por qué aparecen?
■ Las ojeras rojo azuladas están relacionadas con el adelgazamiento de la piel y la transparencia de la red vascular subyacente. Las ojeras hundidas se producen por el afinamiento de los tejidos y el desplazamiento inferior de la grasa de la mejilla. Las ojeras oscuras pigmentadas se producen por exceso de melanina y tienen un componente racial importante. Las bolsas aparecen por debilidad de los tejidos y herniación de la grasa que rodea al globo ocular.
■ Tratamiento. Es personalizado y depende del tipo de ojera. Carboxiterapia, láser ultrapulsado, láser de CO2 e infiltración de ácido hialurónico son algunos de los tratamientos más usados en la actualidad. En caso de bolsas por herniación de la grasa orbitaria, la cirugía es la única solución. Es importante ponerse en manos expertas por ser un área muy delicada cercana a los ojos. El cirujano oculoplástico puede corregir estos problemas sin arriesgar la salud ocular.
■ Prevención. Evitar factores que empeoran la congestión vascular local como falta de sueño, malos hábitos alimentarios, estrés, cansancio o exposición solar. Con respecto al descanso, es importante dormir las horas recomendadas en lo posible boca arriba y con una almohada para dismimuir la acumulación de líquido y la distensión de los tejidos. No frotarse los ojos ya que favorece la herniación de la grasa orbitaria. Otras medidas útiles para prevenir ojeras son la protección del sol mediante gafas adecuadas con filtro UV, hidratarse correctamente, seguir una dieta equilibrada y hacer ejercicio de forma regular. En definitiva, la mejor prevención es llevar un estilo de vida saludable.
