Las bebidas energizantes

9 décembre, 2019
Glenda Bautista, especialista en Medicina Interna de HPS y Máster en Nutrición y Dietética

Las bebidas energizantes surgieron en Escocia y Japón con el objetivo de producir un aumento de la concentración y la energía. Su consumo es cada vez más frecuente en la población menor de 18 años, a sabiendas de que múltiples estudios destacan los efectos adversos para la salud, como dolor abdominal o alteraciones cardiovasculares citando dos de los más destacados. Este uso inadecuado se debe, en parte, a la falta de regulación y de la popularización de estas bebidas en el mundo. Existen unas trecientas bebidas energéticas en el mercado. Estas suelen contener un elevado porcentaje de azúcar, metilxantinas (cafeína teobromina y teofilina) y aminoácidos como taurina o L-carnitina. Por todo ello, actualmente podemos encontrar multitud de oferta en estos productos, en función de las preferencias de sus consumidores.

Con una amplia oferta en el mercado con la promesa de revitalizar el cuerpo, la mente y con el aumento de la resistencia física, son un reclamo los consumidores y deportistas. La industria posee múltiples alternativas, su composición varía de una a otra. Estas bebidas, diseñadas para lograr la mejor hidratación, pueden contener electrolitos, nutrientes y carbohidratos, si bien destacan por su contenido en este último componente. Este a su vez es el nutriente fundamental usado por los músculos de nuestro organismo cuando realizamos el ejercicio físico. “La mayoría de las bebidas deportivas contienen entre 13 y 19 gramos de azúcar (carbohidratos) por 250 mililitros del producto. Otro de los componentes asiduos en el contenido de estas bebidas energizantes es la cafeína. La ingesta excesiva de cafeína podría darnos una clínica característica, como es la del aumento del ritmo cardiaco. Puede elevar la tensión arterial, ocasionarnos inquietud, nerviosismo y este contenido en cafeína, muy por encima de los niveles de otras bebidas, es una de las diferencias con otros líquidos gasificados”, explica la doctora Glenda Bautista Suárez, especialista en Medicina Interna y máster de Nutrición y Dietética de Hospital Perpetuo Socorro.

Durante y después de realizar ejercicio físico es importante mantener una hidratación adecuada. Si bien es verdad que las necesidades de hidratos de carbono y sales pueden variar dependiendo de la intensidad del ejercicio que realicemos y el tiempo empleado, lo cierto es que la mayoría de los deportistas sólo necesitarían hidratación con agua para el correcto equilibrio del organismo.

Cuando hablamos de estilo de vida saludable y ejercicio físico regular según tolerancia no cabe el consumo de estas bebidas energizantes de forma regular por lo que no es cierto que supongan la mejor opción para reponerse del ejercicio físico, destaca la doctora Bautista. No obstante, la composición corporal puede tiene una relación muy estrecha para disminuir o aumentar la frecuencia de deshidratación.

Un deportista con más masa muscular tendrá mayor cantidad de agua corporal total y el que tenga más grasa corporal, lo contrario, es decir, menos agua corporal. Por eso son de gran importancia las revisiones médicas en los deportistas para que sean más eficientes en sus entrenamientos. En el supuesto de realizar un ejercicio muy intenso durante un largo periodo, es posible que tu cuerpo necesite reponerse. La mejor manera en tal caso es recurrir al azúcar natural, presente en la fruta que al azúcar industrial o frutos secos.

Con respecto a la hidratación, como norma general, durante la actividad física de alta intensidad o dureza climática, se recomienda ingestas de 0, 6-1 l/h con tomas entre 150 ml-250ml en frecuencias de 15 a 20 minutos y siempre con contenido isotónico. Es importante destacar que en los entrenamientos de alta intensidad, donde se pierde agua de forma rápida, la sensación de sed, se puede retrasar. Por esto, es recomendable cuando la actividad física es mayor de tres horas o cuando se entrena o compite con altas temperaturas, tener en cuenta estas recomendaciones. Los deportistas no deben esperar a sentir sed para beber, sino que deben planificar su hidratación, teniendo en cuenta el ejercicio que realizan y la duración de este.

Otro problema es la poca información en las etiquetas, que hace que puedan hacer confundir a los consumidores sus efectos energizantes o estimulantes con los de una bebida hidratante. De hecho, la calidad de los ingredientes de estas bebidas energizantes y su efecto beneficioso en el organismo dista mucho de lo más aconsejable. Por ello, hay que recordar siempre que las bebidas energéticas no son bebidas deportivas y no deben usarse como sustitutas del agua. En líneas generales, si el deportista tiene una dieta adecuada no es necesario el uso de estos productos para una buena hidratación. Durante el ejercicio la importancia de la hidratación se basa en contrarrestar la pérdida de agua corporal por el sudor. Una buena hidratación mejora el rendimiento, retrasa la fatiga y acelera la recuperación tras el ejercicio, concluye la doctora Glenda Bautista, especialista en Medicina Interna de HPS y Máster en Nutrición y Dietética.

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