Transmisión del virus de inmunodeficiencia humana

25 novembre, 2019
El doctor Ángel Blanco Becerra, especialista en Medicina Interna de HPS

Aunque en ocasiones es posible que se piense lo contrario, la infección por VIH no se contagia mediante las actividades habituales de la vida diaria ni el contacto casual, como puede ser por ejemplo dar la mano, besar, usar el teléfono o el inodoro. El virus vive escasamente fuera del organismo. Por ello solemos decir que es una enfermedad transmisible, dado que se transmite de persona a persona principalmente por medio de relaciones íntimas; en lugar de una patología contagiosa, reservando este término para aquellas que se contraen muy fácilmente mediante el aire o a través de un contacto directo casual.

El virus de la inmunodeficiencia humana se transmite a través de los fluidos corporales como la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna y puede contraerse con una única exposición al virus. De esta forma, la vía de trasmisión más habitual es la práctica de relaciones anales o vaginales, aunque también puede transmitirse durante el sexo oral o en el uso de drogas recreativas al compartir agujas o jeringas. Si no se toman las medidas adecuadas, una madre afectada pude transmitirlo a su bebé durante el embarazo, el parto o a través de la lactancia materna. Por tanto, “es erróneo pensar que el VIH es una enfermedad exclusiva de homosexuales. De hecho, la mayoría de las personas que viven con VIH en todo el mundo son heterosexuales. El riesgo de sufrir VIH no depende de etiquetas o categorías de personas”, detalla el doctor Ángel Blanco Becerra, especialista en Medicina Interna de HPS. De hecho, y al contrario de lo que piensa la mayoría, las lesbianas también pueden contraer el VIH, continúa el doctor Blanco. Aunque es cierto que la transmisión entre mujeres durante el sexo es mucho menos frecuente, en determinadas prácticas sexuales o con el uso compartido de juguetes sexuales, es posible adquirir una infección por VIH.

Por otra parte, muchas mujeres que se consideran lesbianas en la actualidad han podido contraer VIH si previamente han mantenido relaciones sexuales con hombres o compartido material de inyección en el uso de drogas o fármacos.

Otro falso mito es la creencia de que las mujeres que padecen VIH no pueden ser madres. Disponiendo de atención médica adecuada y de tratamiento antirretroviral controlado, las mujeres con VIH pueden quedarse embarazadas sin transmitir la enfermedad a su pareja ni a su bebé, y cursando un embarazo saludable. Los avances en el tratamiento del VIH han disminuido en gran medida las posibilidades de transmisión del VIH de madre a hijo. De esta forma, si la madre planifica el embarazo con su médico y toma el tratamiento antirretroviral correctamente según sus indicaciones, consiguiendo que su carga viral se mantenga suprimida, el riesgo de transmitir la enfermedad a su bebé disminuye muy significativamente. De similar manera, los hombres que sufren la infección por VIH y realizan el tratamiento correctamente pueden llegar a ser padres sin transmitir la enfermedad, concluye el especialista en Medicina Interna.

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