— ¿Qué es un trombo?
— Es un coágulo de sangre que se forma en el interior de las estructuras del sistema circulatorio, ya sea de un vaso arterial, cuando se denomina trombo blanco, o venoso, conocido como trombo rojo, o de una cavidad cardíaca y no se disuelve, permanece allí. Puede ser oclusivo, obstruyendo la circulación e impidiendo el suministro de oxígeno y flujo sanguíneo a los tejidos circundantes (isquemia), o parcial. En este caso puede no haber isquemia. Cuando se desprende y comienza a desplazarse por el sistema circulatorio pasa a denominarse émbolo, generándose el fenómeno patológico llamado tromboembolismo.
— ¿Por qué se forman?
— Normalmente la sangre se mantiene líquida pero en ocasiones pueden activarse los procesos de coagulación. El ejemplo más usual es una herida que provoque pérdida de sangre, donde además de la formación de un coágulo se produce la reducción del diámetro del vaso para detener la hemorragia. Este proceso se denomina hemostasia y el trombo hace su aparición cuando parte de esa sangre coagulada o esos coágulos no se disuelven. Otras causas son padecer trombofilia, un desequilibrio heredado o adquirido en el sistema de coagulación que lleva a un mayor riesgo de trombosis, o rotura de una placa de ateroma, que es la acumulación de colesterol en la pared de un vaso.
— ¿Cuál es su riesgo?
— Si el trombo es grande y bloquea el flujo normal de sangre y oxígeno puede ocasionar isquemia, es decir, la muerte del tejido y problemas en diversos órganos. Este es el mecanismo más común detrás del infarto de miocardio, la angina de pecho inestable y el ictus. Otra posibilidad es que se desprenda de la pared del vaso, convirtiéndose en un émbolo. Si se desprende de una vena y el émbolo afecta a las arterias que llevan sangre a los pulmones, se produce una embolia pulmonar. En ambos casos puede resultar potencialmente mortal.
— ¿Qué circunstancias favorecen su aparición?
— La herencia genética o permanecer mucho tiempo en estado de inmovilidad ya que esta situación dificulta la circulación de la sangre, ya sea en cama o en un avión, por ejemplo, con escaso espacio para moverse. Los pacientes de cáncer, con enfermedades autoinmunes o las mujeres que fuman y toman la píldora anticonceptiva son tres de los grupos con mayor riesgo. El embarazo, la deshidratación, el colesterol alto, el tabaquismo, la obesidad, el sedentarismo o una dieta rica en grasas son circunstancias que fomentan su aparición. Por ello, para prevenirlo hay factores que podemos evitar llevando una dieta sana, practicando ejercicio físico, hidratándonos adecuadamente y no fumando.
— ¿Cómo se trata?
— Los anticoagulantes son los fármacos de referencia para su prevención y tratamiento de los trombos en los casos en los que son detectados precozmente o no constituyen un riesgo vital. En casos de emergencia vital puede ser precisa una intervención quirúrgica. Cabe destacar que en la prevención de los trombos que se forman sobre placas de ateroma, los antiagregantes, que son fármacos que evitan la acción de las plaquetas, son el tratamiento de elección.