Lupus eritematoso sistémico

7 mai, 2018
Laura Cáceres, especialista en Reumatología de HPS.

  ¿Qué es el lupus eritematoso sistémico?

— Es una enfermedad crónica que puede afectar a muchos órganos aunque en los casos mas leves no excede de la afectación cutánea y articular. De naturaleza autoinmune, existe una alteración del sistema inmunológico que es el encargado de reconocer a las sustancias extrañas (antígenos) y de actuar contra ellas. En esta enfermedad no se diferencian de las estructuras propias del individuo, tomándolas como una amenaza y desencadenándose una reacción inflamatoria y de daño en los tejidos del paciente.

¿Por qué se produce?

— La causa es desconocida si bien se cree que existe una predisposición genética a padecer la enfermedad y que, ante determinados factores como pueden ser el estado hormonal, la luz solar, o algunas infecciones víricas, entre otros, se puede desencadenar este trastorno. El sexo es también un factor predisponente siendo hasta 10 veces más frecuente en la mujer. Puede presentarse a cualquier edad pero suele resultar más habitual su aparición entre los 20-40 años.

¿Tiene cura?

— No, pero sí existe un tratamiento que puede controlar esta enfermedad. Hoy en día la gran mayoría de quienes la padecen puede llevar una vida normal gracias al diagnóstico en fases más tempranas minimizando el daño, a la existencia de una medicación específica y novedosa y al adecuado control de la enfermedad y sus complicaciones.

¿En qué consiste el tratamiento?

— El tratamiento incluye el uso de fármacos, que se prescriben de forma individualizada según los síntomas de cada paciente. Entre los medicamentos indicados destacan los corticoides, siempre a la mínima dosis eficaz y el menor tiempo posible por sus efectos secundarios y los antipalúdicos, que colaboran en su control en la mayoría de los casos con buena tolerancia. Eso sí, es necesario realizar un control oftalmológico periódico para evitar la toxicidad ocular. También suelen utilizarse antiinflamatorios, que controlan síntomas articulares, como la pleuritis o pericarditis; y otros como la azatioprina o ciclofosfamida en situaciones clínicas que implican mayor gravedad. Requiere un control estricto por parte del especialista y debe evitarse el embarazo coincidiendo con su toma. En los últimos años se ha avanzado en el control de la enfermedad con la aparición de nuevos fármacos que ayudan a controlar determinadas situaciones clínicas ocasionadas por esta enfermedad.

¿Hay otras medidas que puedan colaborar a su control?

— Efectivamente. Se recomienda realizar una vida sana intentando moderar el consumo de grasas e hidratos de carbono. Hay que tener especial cuidado con la sal por su implicación en la hipertensión y daño renal. Algunos tratamientos como los corticoides pueden aumentar el apetito, por lo que se debe controlar el peso, realizar ejercicio físico, evitar la exposición solar y hacer uso de fotoprotectores diariamente.

Consulte aquí los síntomas al detalle.