¿Por qué existe relación entre el tabaquismo y el cáncer de vejiga?
El cáncer de vejiga es una enfermedad maligna que afecta a la vejiga y la neoplasia más frecuente del aparato urinario. Existen tumores limitados a la mucosa y/o submucosa vesical, son los tumores superficiales, y representan en torno al 75% de todos los tumores vesicales. Por otro lado, aquellos que invaden las estructuras musculares de la vejiga, y en estadios avanzados pueden traspasar las paredes de este órgano, afectando estructuras vecinas e incluso provocando metástasis a distancia, son denominados tumores profundos o invasores de la vejiga, explica el especialista en Urología de HPS, Martín Stagnaro.
La mayoría de estos tumores no invade la pared muscular y son tratados con la extirpación de los mismos por vía endoscópica transuretral (RTU), a menudo continuado por instilaciones de sustancias quimioterápicas o vacunas locales y un seguimiento con estudios cistoscópicos reglados. Aquellos tumores que afectan la estructura muscular de la vejiga pueden ser tratados con quimioterapia sistémica, cistectomía (extracción de la vejiga) y/o radioterapia. En los casos en que el cáncer haya traspasado las paredes vesicales y afecte a otros órganos, el tratamiento suele ser la quimioterapia y/o radioterapia, sostiene.
« La proporción entre hombres y mujeres que padecen cáncer de vejiga es de aproximadamente 4 a 1. Sin embargo, las mujeres tienen más probabilidades de desarrollar tumores invasores. En varones podemos decir que representa el cuarto tipo de cáncer más frecuente y es el decimotercero más común en mujeres. La mayoría de estos tumores ocurren pasados los 60 años y el incremento de la edad es uno de los elementos más importantes en su aparición », indica el profesional.
El tabaquismo es el factor de riesgo más conocido. Los fumadores tienen tres veces más probabilidades de desarrollar este tipo de tumores. Guarda relación directa con la duración del hábito y el número de cigarrillos consumidos por día. El riesgo también es mayor en aquellos que empiezan a fumar en edades más tempranas o están expuestos de manera pasiva a humo de tabaco ambiental durante la infancia. Se ha observado una disminución del riesgo de cáncer de vejiga del 40% en aquellos que han dejado el hábito entre 1-4 años y del 60% en aquellos que no fuman desde hace 25 años o más.
