La tosferina es una enfermedad infecciosa que se manifiesta principalmente en la vía respiratoria y está producida por la bacteria Bortedella pertussis.

El nombre de tosferina está originado por las características de la tos, con un sonido parecido a una fiera, y lo cierto es que, según la Organización Mundial de la Salud, continúa siendo un problema importante de salud pública incluso en países desarrollados, constituyendo una causa prevenible de mortalidad infantil, indica el doctor Alfredo Suárez, responsable de Urgencias de Pediatría de HPS.

Aunque la tosferina puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente y suele ser más peligrosa en niños menores de un año, sobre todo en los menores de tres meses. Este grupo de niños necesita ser hospitalizado con mayor frecuencia y es en el que se presenta el mayor número de complicaciones.

Lo mismo que ocurre con otras enfermedades prevenibles, la vacunación es la herramienta más útil para el control de la tosferina. Y es así tanto para el individuo que se vacuna, pues disminuye su riesgo individual de enfermar, como para el resto de la comunidad, ya que se disminuye el riesgo de que se transmita la bacteria y por tanto el número de casos. No está comercializada de forma aislada y forma parte de diversas vacunas combinadas que administramos según la pauta recomendada.

Además de la vacunación sistemática en los niños se recomienda en adultos que están en contacto habitual con niños pequeños, personal de guarderías y escuelas infantiles, profesionales sanitarios, de sus padres y hermanos, de los abuelos y de otros posibles cuidadores. Asimismo también se aconseja la vacunación de la mujer embarazada, concretamente entre las semanas 28 y 36 de la gestación. Es importante tener en cuenta que en cada embarazo debe repetir esta vacunación.  Es una enfermedad muy contagiosa y se estima que el contacto directo con un enfermo sin ningún tipo de inmunidad puede provocar el contagio en más del 90% de los casos.

Consulte las fases y síntomas de la enfermedad.