La hora del día, la actividad realizada, el estrés, un descanso inadecuado o el clima, dado que existe una especialidad sensibilidad a los cambios térmicos y la humedad, son factores que pueden hacer variar la sintomatología de la fibromialgia. Fatiga, cansancio y alteraciones del sueño son otros síntomas frecuentes junto a cambios en el estado de ánimo y falta de concentración. Una enfermedad crónica que es mucho más frecuente en mujeres adultas y suele manifestarse entre los 30 y 50 años. No obstante, hombres, jóvenes y ancianos también pueden padecerla. La mejora de algunos aspectos, como la calidad del sueño, o modificación de los estilos de vida, puede derivar en la desaparición o mejora de los síntomas, principalmente en los más jóvenes, indica la especialista de HPS en Reumatología, Laura Cáceres.
