La tasa de mortalidad por infarto de miocardio es mayor en la mujer que en el hombre, explica especialista en Cardiología del HPS, Octavio Rodríguez. El doctor asegura que la prevención del riesgo cardiovascular en las féminas es una asignatura aún pendiente para la sociedad y la sociedad científica.

Aunque la incidencia del infarto entre las mujeres jóvenes es baja, no lo es la mortalidad, que llega a ser el doble que la de sus homólogos masculinos (4% en el caso de los hombres y 8% en el caso de las mujeres). Una de las razones que explican esta circunstancia es que los síntomas del ataque cardíaco femenino parecen diferir de los que sufren los hombres, y además las mujeres tienden a esperar más antes de acudir al hospital, haciendo con ello más difícil no sólo el diagnóstico temprano del infarto sino una rápida actuación terapéutica. Entre las señales más comunes de un infarto de miocardio en mujeres se encuentran las náuseas, vómitos, acidez o sensación de indigestión; la ansiedad extrema y la falta de aliento, propio de la incapacidad para respirar correctamente ante la falta de riego sanguíneo.
La fatiga inusual es otro síntoma muy frecuente. De hecho este cansancio o falta de energía se produce en más de la mitad de los infartos en mujeres. El dolor opresivo sin excesiva intensidad en el centro del pecho durante algunos minutos que puede producirse intermitentemente y el malestar en la espalda, cuello y mandíbula susceptible de extenderse a los brazos, sobre todo al izquierdo, o el ardor en la parte superior del abdomen conforman el resto de los síntomas más habituales. A estos se pueden sumar sudores fríos, mareos, y palidez, además de la sensación de falta de ritmo en el latido del corazón. Así pues, si se perciben varios de estos síntomas simultáneamente, debe acudirse con la mayor premura posible a un centro médico o alertar a Emergencias. Y si los síntomas alivian o desaparecen las siguientes horas, no deben obviarse y hacer como si no hubiera ocurrido nada, es preciso, sostiene el especialista, consultar con un médico para determinar si se ha debido a alguna dolencia cardíaca amenazante. “No hay que tomar jamás estos síntomas a la ligera ya que la vida del paciente puede estar en riesgo”, advierte el doctor Octavio Rodríguez.