Durante años, los términos impotencia y disfunción eréctil (DE) se han usado de forma intercambiable para denotar la incapacidad de un varón para lograr o mantener una erección suficiente para permitir una relación sexual satisfactoria. El especialista en Urología del HPS, José Belón López Tomasety, indica que la disfunción eréctil es un problema de salud de alta prevalencia entre los hombres y que tiene una importante repercusión en la calidad de vida del varón afectado así como en su pareja y es un marcador precoz de enfermedad cardiovascular.
Se define como la incapacidad persistente o recurrente de lograr o mantener una erección adecuada para completar una relación sexual satisfactoria. Esta definición se restringe a la capacidad de erección del pene y no incluye trastornos del deseo sexual, la eyaculación o el orgasmo. Las causas más frecuentes de disfunción eréctil son las vasculares, entre el 60 y 80%. Estudios epidemiológicos han demostrado asociación entre la presencia de HTA, diabetes, tabaquismo y dislipidemia con la DE. La prevalencia de la disfunción eréctil en pacientes con HTA oscila entre el 28-47%, dependiendo de la asociación a otras enfermedades y la existencia o no de tratamiento farmacológico. La diabetes mellitus es la enfermedad endocrina más frecuente asociada a la DE.
